28 ene 2011

Viaje a ni mal

Hoy retomo, expectante, el camino. No sé de qué va a ir todo esto, mas sé que empieza un ciclo nuevo. Mis experiencias son ahora valiosas en tanto que vivencias, pero no son un valor de cambio aceptable por nadie en esta nueva etapa. Me he enrolado en un barco en el que, en principio, a nadie le importa si tengo imaginación, si veo las cosas desde una perspectiva distinta, si no cometo demasiadas faltas de ortografía o si expreso una idea con agudeza (dicho sea de paso… a mí tampoco me importa ya), y lo que cuentan son nuevas habilidades y capacidades que, supongo, seré capaz de aprender en cada nueva singladura.
Finjo ser buena persona, porque a los jefes no les gustan los malos ladronzuelos, que es la expresión que, creo, me define mejor. Pretendo ser lo que no soy, me disfrazo de ser humano no demasiado repulsivo y me subo al barco saltando ágilmente a la cubierta y echándome el petate a la espalda con la calmada elegancia de un oso pardo. Vale, en tierra firme los úrsidos nos defendemos, pero quizá me convendría, para batirme en duelo con la mar bravía, ser una foca.
Tal vez, sólo tal vez, sea merluzo.

3 comentarios:

  1. Algunos somos merluzos vocacionales. Y no es tan malo, no creas.

    Abrazos man.

    M.A.

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  2. Tú déjate de merluzo y sigue intentado pasar por buena persona, no vaya a ser que te tiren por cubierta con petate y todo o que acabes en el horno de la cocina. Que tengas cuidadín, que la gente de los barcos es muy garrula...

    Te animo a que te animes a contarnos así las cosas, a poquitos y a menudito.

    Besos y toda la suerte del mundo en este cacho del camino.

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  3. Claro que no es malo, MA, ¡qué va ser malo! Es submarino, nutritivo y buenísimo para el hierro. Abrazos for you.

    Sí, Mal, sí, en eso estoy: los tengo muy bien engañados, y creen que han dado con un ser humano que vale la pena. Me refiero a mí, claro. No sé, Mal, me parece que así, a poquitos, como dices muy bien tú, podré llevarlo mejor. Pero no respondo de mí: soy un hombre acostumbrado a decepcionar, así que estate preparada.
    Mientras tanto, miles de besos.

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