20 ene 2011

Un hombre (verdaderamente) incómodo

Ricky Gervais, creador y prota
de The Office y revientagala
s
No sé si os he contado que mi último gran cuelgue televisivo es The Office. La serie me parece una absoluta genialidad en cuanto a planteamiento e idea, muy alejada de casi todo lo que se ve por ahí. Sus personajes no son atractivos, ni tienen pasta, ni son perdedores, ni buenos ni malos... bueno, no os quiero aburrir, pero no me perdonaría no recomendar a cualquiera con dos dedos de frente que compre, piratee o haga lo que sea por poder ver la serie. Es genial.
La serie, originalmente, es inglesa, aunque la que yo conozco es la norteamericana que ha sobrevivido durante más tiempo. Mi hija me enseñó hace poco los primeros capítulos de la serie original y me dijo que el protagonista de la serie, Ricky Gervais, era, además, su creador. Me sorprendió, al ver la versión inglesa, que la personalidad del protagonista fuera aún más extrema que en su versión americana: un hombre aún más egoísta, inconveniente, envidioso, inoportuno y molesto que el celebérrimo Michael Scott (Steve Carell). Digo esto porque el rasgo que a mí más me llamó la atención de esta serie es ese, la personalidad enferma de su protagonista. Cuando tomas contacto con la serie por vez primera, empiezas a sentirte incómodo y tratas de cambiar de postura constantemente. ¿Qué es lo que me está haciendo sentir así de mal? te preguntas... hasta que te das cuenta de que es su protagonista, su egolatría enfermiza, su pasmosa habilidad para decir siempre lo más inoportuno y molesto y crear un ambiente de incomodidad absoluta no sólo entre los partenaires de reparto en la ficción, sino también entre la audiencia y, estoy seguro, en el mismo set de rodaje.
En fin, este año, a alguna lumbrera (lo digo sin ironía, ¿quién es el genio al que se le ocurrió?) decidió llamar a Ricky Gervais, el creador de la teleincomodidad, para ser el anfitrión, el presentador de la Gala de los Globos de Oro.
Gervais hace el tipo de chiste que te parece gracioso mientras no te toque a ti, porque cuando se fija en ti, te dan ganas de matarle. Es lo que ocurrió en la Gala de los Globos de Oro. Su monólogo no tiene piedad con nadie, es cruel con gente acostumbrada a que les halaguen y les digan cosas bonitas. Y siembra la incomodidad entre su distinguida audiencia mientras nosotros, ajenos a ese mundo de oropel, disfrutamos como enanos viéndoles en apuros.
Mirad este video y atended a la cambiante reacción del público, formado por actores, directores y gente del cine y la televisión. A las risas entusiasmadas del principio las sustituye un incómodo silencio al principio y una franca desaprobación al final, en forma de sordos abucheos y reproches... No tiene desperdicio.
¡Viva Ricky Gervais!

2 comentarios:

  1. Vaya. Pensé que se había grabado esta mañana en la oficina...

    Nada, repito.

    El tipo es bueno. No tenía ni idea de quién era pero hay que reconocer que es bueno.
    Tal vez porque a mi me gusta el humor jodón, incluso aunque se metan conmigo. 1 ó 2 minutos, claro... ;-)

    Creo que si te va la coña tienes que asumir que puedes formar parte de ella.

    De verdad que coincido contigo. Gracioso e incómodo a partes iguales.

    Abrazos man.

    PD. Acabo de recibir una pastilla para la acústica, de esas que parecen una humbucker... Viene con unos tornillos para ajustarla en la boca y un cable corto hasta el straplock trasero.

    A montarla corriendo ...

    MA (aka The Foss)

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  2. ¿Porqué no había contestado a este comentario? Porque soy gilipollas, seguramente.
    En fin, se ha quedado un poco viejo, pero coincido contigo: el sentido del humor es multidireccional, o al menos de ida y vuelta. Hay que estar preparado para gozarlo... y para sufrirlo.
    ¿Qué tal esa pastilla?
    Un día, deberías venirte a casa y enchufar tus guitarras en mis amplis y darle un poco de caña al asunto. Lo disfrutarías, man.
    Un abrazo.

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